Transcurridos más de diez años de vigencia de la ley 24.441, los negocios fiduciarios se han abierto camino. Para cada negocio posible existe un diseño de negocio fiduciario posible.
Dice la autora que esto reconoce una causa: el fideicomiso, en sentido amplio, no constituye en sí mismo un negocio, sino que un medio, una herramienta que permite la vehiculización de otro negocio.
Este concepto, reiterado por Carolina Ormaechea, en algunos seminarios, permite comprender que cada fideicomiso que se presente en un determinado modelo, y constituya la solución para un caso concreto; difícilmente será aplicable exactamente igual en negocio.
De allí, la primera advertencia de la autora al lector es que el modelo que suministra se adapte al negocio fiduciario, teniendo en cuenta sus particularidades.
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